No sé si son tus besos o este tripi que me sube .

viernes, 23 de septiembre de 2011

Fue su perdición,fue su desgraciada suerte.

En el momento en el que su sonrisa se extendía a través de su cara me hacía sonreír simultáneamente. Era algo inevitable. Sonreía de una forma muy entrañable que provocaba la sensación de estar envuelta en sus brazos. ¡Además se formaba un enorme hoyuelo en su mejilla! Eso era lo que más me gustaba de su sonrisa,ese huequecillo que aparecía en su rostro cuando estaba realmente contento. Ese era el mejor momento del día, cuando junto a mi, él sonreía con total sinceridad, le salía de dentro, lo notaba. Después, cuando ya no se podían ver sus dientes, sonreía con la mirada, y de una forma más increíble aún, a pesar de que parezca imposible. Y me encantaba. Y me encanta.

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